Pocas recetas tienen el poder de llenar la cocina con un aroma tan reconfortante como la mermelada de naranja casera. Más que un simple acompañamiento, es un ritual que mezcla paciencia, dulzura y el inconfundible toque cítrico de la fruta fresca. Aquí te contamos cómo prepararla paso a paso para que puedas disfrutarla en casa.
Paso 1: Seleccionar las naranjas perfectas
Elige naranjas frescas y jugosas, preferentemente de cáscara fina y aroma intenso. Mientras más dulces y maduras estén, menos azúcar necesitarás y más profundo será el sabor.
Paso 2: Lavar y pelar
Lava bien cada naranja para eliminar impurezas. Pela retirando la cáscara con cuidado: una parte de ella (sin la parte blanca) dará ese toque amargo característico que equilibra la dulzura.
Paso 3: Cortar y retirar semillas
Corta la pulpa en trozos pequeños, retirando todas las semillas. Si quieres una textura más fina, puedes procesar la fruta; si prefieres una mermelada más rústica, déjala en trozos.
Paso 4: Cocinar lentamente
En una olla amplia, coloca 1 kilo de pulpa de naranja, 800 gramos de azúcar y el jugo de medio limón. Cocina a fuego bajo, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue. El limón no solo realza el sabor, sino que ayuda a la conservación.
Paso 5: Vigilar la textura
La mermelada estará lista cuando, al colocar una pequeña cantidad en un plato frío, mantenga su forma y no se deslice fácilmente. Esto suele tomar entre 45 minutos y 1 hora.
Paso 6: Envasar y conservar
Vierte la mermelada caliente en frascos de vidrio previamente esterilizados. Ciérralos bien y colócalos boca abajo unos minutos para sellar al vacío. Una vez fríos, guárdalos en un lugar fresco y oscuro.
Preparar mermelada de naranja casera no solo es una forma de aprovechar al máximo la fruta de temporada, sino también una manera de poner en cada desayuno un poco de historia, tradición y amor hecho en casa.