Aprender a controlar el amor

El amor es probablemente uno de los sentimientos más lindos del mundo. Sin embargo, hay personas que hacen de este sentimiento una posesión o algo complicado y difícil de llevar porque no disfrutan el momento, se precipitan o son personas muy inseguras y hacen de esto una obsesión.

A continuación, ciertas claves que, puestas en práctica, suelen facilitar que el amor entre en nuestras vidas:

Control sobre tus emociones: no preocuparse demasiado por el tema, dejar que las cosas fluyan con naturalidad, y eliminar cualquier pensamiento que produzca tensión.

Amor propio: Cambiar conductas no modificará nuestra esencia, simplemente mejorará lo que ya somos. Y si hay algo que no gusta lo suficiente, lo mejor es buscar nuevas pautas de comportamiento hasta que uno se sienta cómodo con ellas. Si paramos a pensarlo, no tiene mucho sentido que otra persona tenga que aguantar de nosotros lo que ni siquiera nosotros mismos nos aguantamos.

Ser nosotros mismos:  en pareja todo es transparente, y es más práctico y más cómodo que, desde el principio mostremos lo que somos y dejemos que nos quieran por esta misma razón.

Potenciar lo mejor que tenemos. Esto no es engañar, ni disimular, ni vender la moto. Se trata de llevar la atención hacia nuestros puntos fuertes, de los que nos sentimos más orgullosos, y sobre lo que mejor hacemos. Todo ello también forma parte de lo que somos.

Perder el miedo a reconocer los propios sentimientos. Está bien decirle a alguien que nos gusta.

Podemos superar este miedo si nos valoramos y queremos a nosotros mismos, si expresamos los sentimientos con generosidad, sin esperar nada a cambio y sin crearse falsas expectativas.

Abrir el número de grupos donde conocer gente nueva: Al principio, es mejor hacer distintos grupos en actividades que sean de nuestro agrado. El factor más importante es la regularidad, es decir, acudir a un sitio de manera sistemática, para tener la oportunidad de conocerse mejor unos a otros. A partir de ahí, surgirá un trato más amigable que permitirá, como mínimo, tener un grupo de conocidos con el que salir, o quizás conocer a ese alguien especial.

Abrirse al amor significa abrirse a los demás. Los días que pasan resultan más o menos agradables en función de la calidad de las relaciones que tenemos con las personas que nos rodean. Dependiendo de con quién se está, el paraíso puede convertirse en un infierno, o el infierno en paraíso.

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