¿Cómo atender a mi hijo durante un vuelo largo?

A nadie le agradará el tipo que deja que su hijo/a corra como loco en el avión gritando o pateando los respaldos de los asientos de las personas mientras abre y cierra la bandeja de la comida en un vuelo de 12 horas.

Antes de cualquier viaje, es bueno recordarles a los niños qué pasará y qué se espera de ellos.

Especialmente la parte de tener que sentarse y ponerse el cinturón de seguridad cuando la luz está encendida.

Si el niño tiene más de tres años, por lo general lo entenderá. Y si no lo hacen, una firme instrucción del asistente de vuelo probablemente funcionará.

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  1. Antes del viaje: ordena por anticipado las comidas de los niños  

En tu vuelo promedio de larga duración -es decir, viajes de más de ocho horas-, si viajas en clase económica, todavía sirven comidas sin costo adicional.

Para ser justo, la comida de las líneas aéreas ha mejorado en los últimos años. Pero no ha sido mucho.

Afortunadamente, muchas líneas aéreas te permiten ordenar las comidas de los niños cuando reservas tu vuelo. Esto es esencial; normalmente sólo llevan las comidas que fueron ordenadas, por lo que no es común que tengan alguna extra.

 

  1. Considera la posibilidad de volar cuando ellos duermen  

Algunos niños pueden dormir en cualquier lugar. Otros no, y se convertirán en pequeños monstruos aterradores con coletas justo frente a tus horrorizados ojos.

Pregúntate a ti mismo en qué categoría se ubica tu hijo cuando reserves ese vuelo que se realiza durante la noche.

Además, tratar de llenar un vuelo completo de 13 horas con actividades que sean divertidas pero tranquilas a la vez es un desafío.

 

  1. Toma ventaja del hecho que podrás ser de los primeros en abordar

“Ahora invitamos a los pasajeros que viajen con niños pequeños a que aborden en este momento”.

Cuando oigas estas palabras mágicas, toma a los niños y apresúrate.

Por supuesto, abordar primero implica que pasarás aún más tiempo confinado en un espacio cerrado con tus pequeños.

Pero tener unos minutos extra para ubicar a tus hijos mientras se pelean por el asiento de la ventana, y en realidad encontrar un espacio en el compartimiento superior para tu equipaje de mano justo sobre tu asiento son recompensas suficientes.

 

  1. Los primeros asientos no son para todo el mundo  

No podemos negar que los primeros asientos son increíbles. Tener más espacio para estirar las piernas, y espacio adicional para poner los juguetes siempre es una ventaja si viajas con niños.

Si viajas con un bebé, además es uno de los pocos lugares en el avión donde se pueden colocar los cochecitos de la aerolínea. Debes solicitarlos con anticipación, pero son altamente recomendables si tu bebé pesa menos de 25 libras y el vuelo durará más de cinco horas.

Pero recuerda que los apoyabrazos por lo general no se levantan en los primeros asientos, ya que ahí es donde se guardan las bandejas.

No es ideal si viajas en un vuelo nocturno y tratas de lograr que un niño de dos años duerma cómodamente, lo que normalmente implica levantar el apoya brazos y pasar unas pocas horas con un par de pequeñas piernas extendidas en su regazo.

 

  1. Los aparatos están bien; los audífonos están mal  

El sistema de entretenimiento durante el vuelo es tu mejor amigo en el viaje. Horas de películas y programas de televisión para niños.

Si tienes un iPhone o iPad, instálale nuevas aplicaciones para niños que tus hijos nunca antes hayan probado antes del viaje.

También es prudente comprar audífonos adecuados que se ajusten bien a las cabezas de tus hijos.

Los auriculares de las aerolíneas (especialmente esos molestos audífonos) no están hechos para oídos pequeños.

Besos, Laura

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