Comunicación Asertiva

Para que tenga lugar una comunicación “efectiva” es necesario que cada una de sus partes cumpla su papel de la mejor manera posible.

  • El emisor debe tener un propósito claro, tener certeza de lo que está diciendo, conocer al respecto, reflexionar y cuestionarse a sí mismo antes de hablar, buscar el momento oportuno y las palabras adecuadas.
  • El mensaje debe ser positivo, claro, concreto, facilitar el crecimiento, crear confianza y respeto, aportar y enriquecer al que lo emite y al que lo recibe. La función del mensaje, no es únicamente correctiva, sino lo más importante preventiva, así como también reflejar coherencia de vida.
  • El receptor debe saber escuchar con oídos, ojos, mente, cuerpo y es importante que el lenguaje corporal sea abierto. La actitud humilde para reconocer todo lo que pueda aprender de la otra persona es elemental, así como también saber ponerse en el lugar del emisor, dedicarle el tiempo y atención necesaria.

Al parecer, existen demasiados requisitos y demanda mucho de cada uno estar inmersos en este tipo de comunicación. Pero en realidad, este patrón de relación debería ser parte natural del estilo de vida de cada ser humano; es necesario darse cuenta y tomar la decisión y medidas que requieran cambiar el patrón de comunicación.

En el proceso descrito previamente, emisor y receptor juegan ambos papeles; para poder ser un buen emisor, es indispensable ser un buen receptor y viceversa.

La comunicación asertiva, como se mencionó anteriormente, no pretende únicamente remediar. Su función principal es prevenir, aprender a comunicar empáticamente la opinión basada en un razonamiento profundo en la que se presentan al otro los puntos de vista, no sin antes haber escuchado con atención y respetado los puntos del otro. Al mismo tiempo, se trata de reconocer las cualidades y aspectos positivos con los que cuentan, para remediar los que necesiten mejora.

Los padres que saben transmitir mensajes a sus hijos, sin duda alguna, los han sabido escuchar primero. Si algún padre o madre pretende mejorar la comunicación con sus hijos o le preocupa algún aspecto de su vida y le interesa decírselo, lo primero que debe hacer es empezar a escuchar. En este caso, escuchar no sólo significa con los oídos, sino con el corazón a comprender y con los ojos a observar. Una vez que se vive esto con sinceridad, el padre/madre con seguridad han ganado reconocimiento, respeto y modelado un estilo de comunicación asertiva para con sus hijos; automáticamente esto motivará a los hijos a reproducir el mismo patrón. Los niños asumirán un papel activo al escuchar y no sólo “oír el típico sermón”: en verdad se interesarán por escucharlo a usted.

La coherencia de vida es vital para una comunicación efectiva, esto le da credibilidad; recuerde que como dijo alguien: “las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra.”

María Isabel Fernández
Psicología de Niños
mariaisabel.fernandez@expertos.iniciativat.com

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