El perdón de los padres a hijos adolescentes

No podemos evitar que nuestros hijos fallen, desobedezcan y tomen decisiones equivocadas, por más que les hayamos proporcionado una buena educación: basada en valores espirituales y morales. Cada hijo debe tener la oportunidad de “ser”. ¿Qué quiero decir con ésto? Tener la oportunidad de ser personas individuales con capacidad de crear, pensar, tener juicio crítico y decidir.

A nadie le duelen más los fracasos y equivocaciones de los hijos que a sus propios padres, porque cuando ellos sufren, los padres sufren. Si prestamos atención, en estos casos, toda la familia puede percibir los efectos de la situación, cualquiera que sea.

Algunos padres se han tenido que enfrentar con la sorpresa que su hija adolescente está embarazada. En otros casos, es el hijo quien da la noticia de que su novia está embarazada y otros padres descubren que sus hijos consumen drogas, entre otros inconvenientes difíciles de afrontar. Eso es devastador para los padres, entonces viene el dilema, el dolor y se preguntan: ¿Qué hago? ¿Lo perdono? ¿Lo saco de la casa? ¿Me hago cargo yo de su problema? ¿Qué hice mal?

A continuación, comparto sugerencias prácticas que han sido utilizadas por padres de familia en aquellos momentos oscuros de la vida.

Escuche con sus oídos, con su mente y su corazón:

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  1. No se culpe usted mismo. La primera pregunta de los padres cuando un hijo se equivoca es: ¿Qué hice mal? A partir de los años 70 se ha dado mayor énfasis en la crianza positiva de los hijos, pero se ha dado poca importancia a la libertad de elección del adolescente.
  2. A diferencia de los niños pequeños, a los “niños” grandes hay que dejarlos decidir. Éste es un proceso saludable para su desarrollo para que lleguen a ser adultos responsables de sí mismos.
  3. Si el padre asume la culpa de la falla le quita responsabilidad al adolescente. De esta forma va a ser más difícil que aprenda del error y corre el riesgo de equivocarse otra vez en lo mismo.
  4. Sermonear no servirá de mucho. Por lo general, un adolescente “sabe” cuando ha violado un código moral importante y siente culpa por eso. No hace falta hacerle un gran sermón al respecto.
  5. Permita que su hijo enmiende el error. No lo haga usted por él. Los jóvenes aprenden más de experimentar las consecuencias de sus equivocaciones. El mensaje que nuestro hijo va a interpretar va a ser más o menos así: “Me puedo equivocar pero de igual forma….otros se hacen cargo de mis errores.
  6. Escuche a su hijo con empatía. Es decir, pónganse en sus zapatos y comprenderá que, en lugar de sermones, es tiempo de escuchar, de acompañarlo, de imaginarse cómo usted se hubiera sentido a esa edad, qué hubiera pensado, qué hubiera decidido, ¿lo hubiera hecho mejor que él? La verdad es que todos los padres de familia fuimos adolescentes, no los juzguemos, ni los humillemos, no es necesario.
  7. Apoye a su hijo. Esto no es felicitarlo por el error ni hacerle porras. Es simplemente decirle que aunque no está de acuerdo con lo que hizo usted no puede quitar las consecuencias que él tiene que vivir por la decisión que tomó, pero que usted va a estar con él mientras camine sus consecuencias.
  8. Guíe a su hijo. Con esto quiero decir que lo ayude a pensar. A través de su experiencia usted sabe más que él, entonces ayúdelo a aclarar su mente, a encontrar soluciones y a tomar buenas decisiones para el futuro. Puede, por ejemplo, ponerle escenarios, situaciones diferentes, posibilidades… pero déjelo que él tome la decisión final para que él sea el responsable de su vida.
  9. Dé amor incondicional a su hijo: Pareciera que este punto es contradictorio pero no lo es. Cuando usted permite que su hijo adolescente asuma y viva sus consecuencias es un acto de “amor” de usted como padre hacia él. El adolescente necesita saber que a pesar de lo que hizo hay alguien que aún sigue creyendo en él y que está dispuesto a perdonarlo y darle otra oportunidad.

“Buena parte de la sabiduría de los padres es perdonar las fallas de los hijos y al perdonar… borrarlas de su memoria.”

Claudia Cuyún
Psicóloga Clinica

 

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