La falta de independencia económica por ser madre a tiempo completo

Desafortunadamente, hay muchas mujeres que se sienten tristes por el trato que les da sus maridos, pues sienten que son dominadas por ellos puesto que ellas al no generar dinero. Si necesitan algo, tienen que pedírselo a él, y eso resulta bastante frustrante. La dependencia económica puede llevar a las mujeres a una situación de inferioridad respecto del compañero; incluso las lleva a un escalón de jerarquía más baja, a que la relación no funcione en términos iguales para los dos, sino más bien le pone a él en una situación de mayor autoridad, así como la del padre sobre la hija.

A veces las mujeres en esta incómoda postura de inferioridad y sometimiento, se sienten indignas, y ese resentir con ellas mismas, la lleva a actuar con una ira frustrada dentro del seno familiar. Lo cual genera malestar para todo el entorno. Pero, ¿qué hacer cuando esa mujer lleva años de dedicarse sólo a la casa? ¿Qué hacer cuando no tiene profesión? ¿Qué hacer cuando ya es mayor? ¿Qué hacer cuando no se tiene estudio? En principio deberíamos centrarnos en dos momentos: En lo emocional, hay que dejar de sentirte víctima de las circunstancias y recordar los acuerdos que se establecieron a la hora de abordar la familia, ya fuesen acuerdos explícitos o simplemente implícitos (que sucedieron sin necesidad de hablarse, pero de mutuo acuerdo natural).

Puede ser que el hombre escogió ser el proveedor material y la mujer proveer el bienestar y cuidado de los niños y el hogar; y si esto es así, ¿por qué sentir humillación si no genero dinero? ¿Por qué no valorar el trabajo de cada día? ¿Acaso no tiene valor el trabajo hecho como amada del hogar?.

En este aspecto, muchas mujeres se desmerecen, y se juzgan creyendo que el marido es más importante “porque gana dinero”; sin embargo, deberían hacer una toma de conciencia y observar que estar las 24hs pendientes de todo y no recibir un pago económico como tal es una gran acción de amor, digna de ser valorizada y admirada, empezando por quién la ejerce.

 

¿Por qué reducir el rol de ama de casa?

Ser ama de casa es eso, es ser ama y señora, la dueña, la reina de ese espacio físico que gracias a su cuidado se transforma en hogar. En lo material, pese a dedicarte a la casa, deberías comprender que también sigues siendo una persona individual y diferente a tu esposo e hijos y que mereces hacer cosas para ti y por ti misma. Por eso, aunque el sostén económico venga de la pareja, puedes tener tus propios proyectos, y si el tiempo lo permite, incluso puedes emprender y buscar un dinero extra por ti misma. Una vez los hijos son mayores o dejan el hogar, las mujeres podemos sentirnos más inútiles y poca cosa porque mientras el marido sigue trayendo dinero a casa, nosotras ya no tenemos que dedicar tanto tiempo a criar, educar y mantener la casa hogareña. En este caso, es importante recordar que si estamos sin estudios, sin trabajo, sin salidas laborales, sin experiencia en lo que estudiamos de jóvenes, etc., es porque de mutuo acuerdo con el marido, acordamos que dejaríamos eso de lado para cuidar a los hijos.

Y aunque nuestra función en buena medida puede haber acabado, el marido ha de comprender y asumir que las decisiones del ayer afectan a tu presente hoy, por lo que su responsabilidad sigue siendo plena para contigo.

Puede que la decisión se tomase hace décadas, pero son decisiones que repercuten en tus posibilidades laborales hoy mismo, y puesto que era una decisión conjunta, él no debería poder echarte en cara que apenas traes dinero a casa, estás así por él (por ambos). Igual podías haber seguido estudiando, o trabajando, logrando experiencia laboral y subiendo puestos en el trabajo, pero en cambio, entre los dos decidieron que te dedicarías a los niños y el hogar, así que no te sientas como que no cumples con tu parte del trato si lo has cumplido.

 

Hogar y Familia

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