Madres primerizas: cómo adaptarse a la maternidad sin estrés

Hola lectoras!

Está claro que tener hijos te cambia la vida, y como todo cambio, la maternidad implica un proceso de adaptación. El momento en el que una recién mamá llega a casa después de haber dado a luz y se encuentra sola junto a su pareja ante las nuevas responsabilidades, puede generar mucho estrés. Ante la maternidad, tienes menos tiempo para ti misma, menos disponibilidad de horarios a la hora de practicar tus aficiones, quedar con tus amigas o disfrutar de tu tiempo en base a tus intereses. A partir de ese momento, las prioridades cambian porque tu hijo te necesita y además, el grado de dependencia es muy alto, especialmente, en el caso de aquellas madres que apuestan por la lactancia materna para alimentar a sus niños.

 

Después de dar a luz, también hay menos espacio para el romanticismo en la pareja, simplemente, porque el hogar también ha cambiado. Algunos hombres explican que se sienten desplazados por el bebé en tanto que su mujer no les presta tanta atención como antes. ¿Qué hacer para adaptarte sin estrés a la maternidad?

 

Consejos para madres primerizas

  1. En primer lugar, organizar todos los preparativos de la llegada del bebé con tiempo suficiente y no dejar todo para el último momento. Los imprevistos pueden generar un estrés innecesario.

 

  1. No quieras ser la madre perfecta porque no existe ese ideal. Es decir, se aprende a ser madre a través de la práctica. Por ello, confía en ti misma y ante cualquier duda, consulta con aquellas amigas que ya han tenido hijos y también, con tu madre.

 

  1. Aprende a conocer tus límites. Es normal que haya momentos en los que pierdas la paciencia porque el bebé no quiere comer o porque lleva mucho tiempo llorando. En ese  caso, aprende a delegar. Deja que otra persona cuide del niño durante un tiempo hasta que tú recuperes la calma. En caso de que estés sola en casa, puedes ponerle en la cuna donde está seguro. Así, puedes desconectar unos minutos en el salón hasta volver a cogerle en brazos. Para cuidar de otra persona, previamente, tienes que estar bien tú.

 

  1. Rodéate de todas las comodidades posibles. Hoy día, por suerte, existen en el mercado todo tipo de productos que pueden ayudarte en la rutina diaria para cuidar del bebé.

 

  1. De todos los consejos que recibes, toma únicamente aquellos que se adapten a tu criterio. Es habitual que otras personas quieran compartir contigo su experiencia y darte su opinión. Sin embargo, recuerda que no debes renunciar a tu propia historia y a tu forma de vivir y de ser madre.

 

  1. A lo largo del embarazo, imagina bonitos momentos con tu bebé. Visualiza estampas familiares que te den tranquilidad. De esta forma, te irás mentalizando a los cambios que tienes por delante.

 

  1. Busca soluciones para poder llevar a cabo la conciliación laboral. Por ejemplo, puedes contratar a una canguro o también, llevar al bebé a la guardería cuando tengas que incorporarte nuevamente al trabajo. Por supuesto, los abuelos también estarán encantados de cuidar del niño en ciertos momentos.

Cuidate,

Laura.

Madres

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