Una rutina saludable

¿Es posible no sufrir con las dietas? 
La respuesta automática suele ser NO!, pero en realidad cada persona tiene un ritmo para adelgazar y hay alimentos que ayudan a disminuir la ansiedad y lograr una dieta equilibrada sin sufrimiento.

Tomar la decisión es el primer paso para emprender una dieta sana, pero a la hora de ponerlo en práctica se empieza a complicar. Uno de los puntos que no debes obviar es que tienes que reducir calorías pero debes tener cuidado en no pasarte de la raya. Si no comes durante gran parte del día, efectivamente verás un cambio en tu peso pero no será en base a la pérdida de grasas. El consumo debe ser en base a tu tamaño, edad y sexo y la restricción no debe ser mayor de 500 calorías diarias sobre la media recomendada (2.000 calorías).Respecto al ejercicio, lo ideal es no obsesionarse y que te hagan una rutina donde el tiempo y dificultad vayan aumentando progresivamente. El cuerpo debe acostumbrarse a la rutina, es el mejor método para que tu fuerza y capacidad aeróbica aumenten y mejoren notablemente en poco tiempo.

Si tu plan está correctamente diseñado e incluye una buena alimentación, ejercicio de resistencia (pesas) y sesiones aeróbicas, podrás ir quemando grasa lentamente, al tiempo que ejercitas los músculos. En este caso sí notarás el cambio fruto de tu esfuerzo e incluso si tu peso no cambia, tus medidas sí irán bajando, porque el músculo ocupa menos volumen que la grasa, aunque pese lo mismo o más que ésta. Al pesarte, tómate las medidas semanalmente y verás como avanzas.

Es súper necesario tener un permitido de vez en cuando para no abandonar la dieta en el camino. No sólo te proporciona cierto alivio mental sino matar ese antojo que te atormenta. Además, le da un golpe a tu metabolismo y lo pone a trabajar más para quemar el exceso de calorías. La clave es comer correctamente el 98% de las veces. En cuanto a la actividad física, recuerda que los dolores intensos de cintura (es decir, espalda baja y zona lumbar de la columna vertebral), casi siempre son fruto de la falta de fuerza y no de la elongación. Por lo general, es falta de tonicidad en los abdominales y en los paravertebrales (músculos encargados de sostener la columna). Lo más recomendable es trabajar para ganar fuerza en esa zona y luego elongarla sin descuidar tu postura. 

Alternativas al gym

1) Las personas que permanecen sentadas más de cuatro horas por día tienen el doble de riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca. Para incorporar movimiento a tu rutina cambiá de postura cada 20 minutos, caminá cuando te suene el celular y si tenés tiempo, bajate del colectivo una parada antes de llegar a destino y usá más la escalera.

2) No uses tanto taco: además de obligar a tu pie a permanecer en hiperextensión, impiden la correcta circulación sanguínea y podría ocasionarte várices y celulitis.

3) Una buena respiración nutre tu sistema nervioso y permite distender la zona del diafragma, que es donde suelen concentrarse las emociones. Inhalá hondo llevando el aire hacia tu zona abdominal y luego hasta expandir tus costillas. Cuando sientas que estás llena, exhalá profunda y  pausadamente. Hacelo a diario hasta que se vuelva un hábito.

4) Para contrarrestar la tensión de estar todo el día frente a una computadora, realizá ejercicios descontracturantes y de elongación para estirar las distintas partes de tu cuerpo. Rotá  las muñecas hacia ambos lados y después sacudí las manos como si salpicaras agua.

5) Para evitar el bajo rendimiento físico e intelectual, arrancá el día con un buen desayuno con una buena porción de proteínas (leche, yogurt), otra de carbohidratos (frutas, cereales) y una de grasas saludables (semillas, frutos secos).

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